La tendencia es llevarla como si usaras un collar, te la colocas del frente del cuello hacia atrás y dejas las dos patas colgando de tu cuello, como al descuido, asimétricamente. Otra forma de usarlas es como si fuera una corbata: la estiras y doblas a la mitad, te la echas al cuello de atrás al frente y por el hueco que se formó al doblarla acomodas las dos patas con sus flecos.
De cualquier manera que utilices una bufanda en la ínsula es una ridiculez. Pues en este 100 X 35, hace un calor de madre, que para lo único que sirve una bufanda es como babero que recoja las gotas de sudor que te bajan por el rostro y te inundan el cuello. Además, la peste que van a generan las mismas pueden afectar tu imagen y llevar en tu cuello un repelente disociador.
Así, que si fuiste de los miles que te dejaste llevar por la moda y tienes en tu casa una colección entera de bufandas en pleno verano, NO, no las botes. Te recomendamos que las guardes, por si la Epidemia de la Gripe Porcina llega a Puerto Rico. Las bufandas pueden fungir como mascaras de protección, guardando el estilo y la clase.
Un consejo del stylist de Insula
1 comentario:
Eso es muy cierto...
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