lunes, 22 de junio de 2009

Susan Boyle y Laura Bozzo, belleza y espectáculo

Vamos a hablar en plata. El showcito ese de British Got Talent tiene su dosis acá por los medios hispanos. Laura en América, conducido por Laura Bozzo, la alegada amante del ex jefe del Servicio Secreto del gobierno de Alberto Fujimori, Vladimiro Montesinos, es uno de esos donde se explota la imagen, el alegado talento y el espectáculo se disfruta desde la burla de las clases con poco o ningún acceso a ser mejores.

En el escenario mediático inglés se busca un talento y se le propone que se exponga a tres jurados, Simon, Piers y Andrea, para que midan sus capacidades de canto o baile y que de una vez, sean escuchados y vistos por un público sabrá Dios de qué lugar en el mapa Inglés y con qué capacidades artísticas. Sabrá Dios con qué bagaje cultural del sentido clásico o urbano. Lo que sí está seguro es de que son esa gente, quienes decidirán si los candidatos tienen talento o no y son merecedores de unos chavitos pa que se hagan artistas de verdad.

En ese reality contest, los candidatos son presentados tal y como son: flacos, gordos, con gabanes que le quedan pequeños, despeinados, con miradas apretadas porque les falla la visión y mellas que proponen falta de higiene o poco dinero para asistir al dentista. Todo, en el país de la Monarquía, en el Reino Unido en el que diputados de la Cámara de los Comunes pagan latas de comida para perros con las dietas de legisladores y piden ayuda para sufragar “el second home”, pagan el jardinero y llevan al técnico de la Cámara a cambiar las bombillas de su casa (¿ven que Toñita Coello no se lo inventó?)

A miles de millas de la Inglaterra fría y distante, en el Cuzco, una empresaria mediática - pero que insiste en que es periodista - se montó en el mainstreem y construyó un espectáculo diz que para ayudar a las mujeres y a los pobres de su país. Los lleva a un reality donde descubre sus pobrezas, sus tragedias personales, los pone a gritar y a darse bofetadas y se burla de su raza indígena. Ella contempla a distancia, con pose chic, jeans de Valentino y botas Chanel. Una especie de espejo antítesis donde se miran sus invitados. A la salida les “regala” un carro sandwichero como muestra de su bondad no sin antes recordarles que tienen que ganárselo, gritando, empuñando el golpe, opacando el ruido. Allí también se ven sin dientes, desaliñados, con escasa indumentaria, con ojos hinchados. El escenario de fondo, es el país donde se juzgó y se encontró convicto al ex presidente Fujimori…en el espacio donde el amigo de la “host”, Laura Bozzo, cumple condena de 20 años y se alega que saqueó al país en más de mil millones de dólares en unión al convicto Presidente Peruano-Nipón.

En Inglaterra, las caras de “yeah right what a talent” se ven en la tele….y la cámara también capta la risa y la boca abierta de los jurados. En torno al Cuzco, la burla de la audiencia ensordece los oídos cuando comentan el programa en charlas del trabajo; la intención de la protagonista se lee tras su comentario de que “que pase la amante” y la tragedia queda impune…y el medio tv enardece a la audiencia y con ellos crece el número de raitings y tras ellos, el país en ruinas y retratado en cámara digital.

Y ahora Susan cobra $14,000 por minuto para comenzar a cantar “I dream my dream” como en Les Miserables…y Paul Potts se puso dientes y graba dos discos….aunque Broadway se erija en Reino Unido y la miseria espectáculo se vocee en la urbanidad de Lima y en los altos y bajos del Machupichu.

Así se construye belleza y espectáculo…genio y figura de la cacofonía mediática….y termina la candidata en el psiquiátrico y el propietario del carrito sandwichero sin tener a quien contarle que al paso de la amante…la señorita Laura se rió de él y su realidad ya no se ve en la tv.

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